miércoles, 30 de noviembre de 2011

Capítulo 1: Conociendo


El bus se detuvo en los jardines de la escuela. Todos mirábamos atentos por las ventanas, el castillo de sueños rojos lucía majestuoso frente a nuestras miradas.


-Será divertido perderse aquí- comenté


-¡Nunca encontraré el aula correcta!- Exclamó Kashmir y yo reí.


El castillo seguía con esa fachada antigua que le caracterizaba; bloques de piedra, torres, ventanales en la planta baja, el escudo de una serpiente con ojos rojos en la parte superior de la entrada principal, algunos laberintos de arbusto, jardines enormes con miles de flores, dos edificios externos también hechos de bloques de piedra… todo era hipnotizante. Podría sacar hermosas fotos aquí.


Bajamos del bus con los ojos bien abiertos, pero mi atención se fue hacia otra parte; los estudiantes. Algunos majestuosos, otros normales, otros perdidos y algunos pavoneándose entre los pasillos.


-Ey, Kashmir- Llamé la atención de mi amiga- ¿Cuántos de aquí son como nosotras?


Ella hizo una mueca y suspiró.


-Desde aquí no puedo distinguirlos bien. Acerquémonos un poco- Avanzó rápidamente hacia el centro del lugar… no sabía si seguirla, pronto nos llevarían al auditorio para nuestra bienvenida…


-¡Espérame!- Corrí hacia su dirección y el ambiente fue un poco abrumador, todos nos miraban; algunos señalaban en nuestra dirección y pude oír unos cuantos “chicas nuevas” “de primer curso”  “¿Estarán perdidas?” “¿Qué hacen?” otros simplemente nos ignoraban.


Kashmir se paseo un poco más y conforme avanzábamos su sonrisa se hacía más grande.


-A mi instinto gatuno le gusta lo que ve.


-¿Qué es lo que hay?


-Jamás había visto tanta variedad- se acercó para susurrarme y que los humanos no nos escucharan- Hay duendes, brujas, un par de ogros, incluso… un demonio –me tensé – humanos por montones, un licántropo que no eras tú, ¿zombis? ¡Wow! –Me guiñó un ojo- y…- su sonrisa se desvaneció, se puso blanca como la nieve y los ojos se le desorbitaron,  podría jurar que su cabello se electrificó un poco- vampiros.


-¿Vampiros? ¿De día? ¿Eso se puede?


-Atrás de mí se encuentra uno- Kashmir se negaba a voltear, parecía petrificada ¿qué era lo que le desagradaba?


Levanté la vista curiosa por encima de su cabeza y lo vi. Debo decir que él no era como me lo imaginaba, siempre pensé que eran desagradables pero este era… muy lindo. Tenía un perfil perfecto, alto, delgado pero visiblemente musculoso. Cualquiera se imaginaría a un ser pálido como el marfil pero en realidad él tenía un aspecto muy saludable, aunque eso es raro si sabemos que está muerto. Los ojos de él eran marrones, hermosos pero… yo me imaginaba que serían rojos.



-Decepcionante que sus ojos no sean como pensaba- Hablé inconscientemente.


-Vámonos- Me pidió Kashmir incómoda.


-¿Por qué no te gustan los vampiros? Sé que deben de aterrar pero sinceramente él no da nada de miedo. Deberías verlo, date la vuelta.


-No quiero- Negó con la cabeza- te acepto cualquier criatura, incluso un Grindylow pero…


-¿Un qué?- La interrumpí


-Es una criatura mágica del mar, cara de arpía, colmillos verdes y un cuerpo asqueroso.


-¡Él no da miedo!- Me reí de lo absurda que estaba siendo mi amiga


-No me gustan los vampiros- Sacudió la cabeza.


-No nos harán daño- La tranquilicé- Tienes un miedo irracional.


En ese momento fue que noté que se nos quedó viendo, primero con una ceja alzada y después entrecerró los ojos de manera poco amigable.


-¿De qué hablas? ¿Miedo irracional?- Vi que un nuevo vampiro llegó junto al que nos observaba, este tenía el cabello muy oscuro no podría decir si era negro o castaño; sus ojos eran profundamente negros y el cabello de éste era un poco más largo que el primer vampiro que vi; alto y de porte elegante con labios sonrosados- Una persona mágica o no, nunca debería acercarse a esos seres. Sólo son bestias con forma humana, si te les acercas inevitablemente puedes quedar atrapada por esos ojos… y provocar un océano de pura sangre.


Volví a mirar al chico… y algo cambio, me sentí inmensamente atraída hacia él. Comencé a caminar en su dirección, había algo que me decía que fuera…. Me detuve cuando sentí el brazo de Kashmir jalándome hacia atrás.


-¡No lo mires! – Te está atrayendo a él como una presa, así cazan ¿no me estabas escuchando? “Puedes quedar atrapada en esos ojos” no lo decía por nomás.


-Lo siento, no lo sabía…


Le di un vistazo al vampiro y ahora me miraba de una forma burlona, su compañero se limitaba a mirar en nuestra dirección… no, miraba a Kashmir con sorpresa, supongo que por todo lo que dijo de ellos…


-Kashmir ¡Cállate! Nos están escuchando.


-¿”Nos”? ¿Ya son más?


-Sí, ahora hay otro. ¿Pero qué fue eso?


-Es un juego mental para cazar.


-Que tonta soy- me lamenté- prométeme que si vuelve a pasar me rasguñaras con tus garras de gatito- bromeé.


-Será un placer. ¿Y el bus?- Preguntó observando por todos lados ¡Hay no! Me volteé y ya no había nadie.


-Todos se fueron- gemí- ¿a dónde se habrán ido?- Nuestros compañeros de primer cuso ya no estaban donde los habíamos visto la última vez.


-No quiero estar perdida el primer día de clases, vayamos a buscarlos.
                                                              .   .   .
Después de un rato de buscar y preguntar logramos dar con el auditorio. Entramos corriendo al gran salón interrumpiendo las palabras del director.

-Vaya, parece que contamos con dos alumnas más- el director se dirigió a nosotras de manera muy amable.

Era un hombre joven de no más de treinta y cinco años, cabello rubio y ropas excéntricas.

-Siéntense ¡YA! a menos que quieran empezar el año siendo castigadas- Nos ordenó un hombre con aspecto severo y aburrido. Se encontraba a un lado del director.

Corrimos a los primeros asientos vacíos que encontramos.

Narra Kashmir:                                                                                                                              

-Como les iba diciendo- continúo el director- en esta academia esperamos lo mejor de cada uno de ustedes- Sentí un codazo a la derecha y volteé a ver a mi amiga.

-Oye, ¿y el muchacho que está a tu lado?

Me giré a la izquierda y vi a un chico musculoso de cabello oscuro, piel morena y ojos verdes. Comencé a examinarlo y sentí una energía interesante. Con mis instintos felinos por lo general descubro al instante lo que son las personas según el tipo de energía pero él… nunca me había cruzado con algo así. Se giró a mirarnos con ojos inexpresivos y arqueó una ceja, me volteé junto con Sofía con las mejillas encendidas.


-No sé lo que sea- le susurré.

-Bueno, sea como sea, es realmente guapo.

-Uhm, pues… es mejor que el vampirito de hace rato- comenté con acidez.

-Hoy tendrán el día “libre”- presté atención a las palabras del director- pero sólo será para conocer las instalaciones evitando los lugares prohibidos que ya mencionamos. Podrán darle un vistazo a los talleres y se inscribirán a uno antes de las 9:00 pm que es la hora en que todos deben estar en sus dormitorios. Si nadie tiene preguntas pueden retirarse, habrá algunos guías por si los necesitan.

Ese aroma…

Entraron al salón dos vampiros e inevitablemente me puse alerta.

-Son ellos Kashmir- me susurró Sofí- los chicos de hace rato. ¡No los veas a los ojos!- Se tapó los ojos con las manos apresuradamente y yo me petrifiqué, hasta el aliento me faltó.

Luego los vi detenidamente, ambos eran asquerosamente guapos. Uno de ellos posó su mirada en mí, sus ojos negros hicieron que me diera frío y melancolía.  Casi pude escuchar  unos gritos.

-No lo mires- me reprendió Sofía.

Él movió la cabeza a modo de saludo y sonrió ligeramente, provocando que algunas chicas pusieran su atención en mí fulminándome con la mirada.

Agaché la cabeza.

 -Vamos.                                                                                                                                     
                                                               .   .   .
Nos reunimos desordenadamente frente ellos.

-Esperamos que disfruten de estar en la academia- Habló el chico que me había sonreído, su voz… era extrañamente familiar- Mi nombre es Ian y mi compañero es Sebastián, ambos somos de segundo curso.

-Como sea- dijo con acritud el otro vampiro- hagan dos filas y sígannos ¡ya!

Nos organizamos como nos dijo y salimos del salón en dirección al pasillo.
Nos explicaron en donde se ubicaban varios de los salones, las torres, los dormitorios, las salas de descanso, el comedor ¡al final no sabía ni en donde estaba! El lugar era muy grande, más de lo que se veía por fuera y eso ya es decir mucho.

-Aquí elegirán un taller, a las nueve de la noche deben estar en sus dormitorios.

Un pasillo enorme se abría delante de nosotras, pude ver como el vampiro llamado “Sebastián” miraba por el rabillo del ojo a Sofía.

Había un montón de puertas con diferentes nombres en ellas. Probamos con cocina… pero terminamos llenando todo de harina y nos sacaron a la fuerza. 
Después fuimos a literatura y la maestra fue tan aburrida que nos fuimos por voluntad propia antes de que nos sacara por estar platicando. Probamos con un par de talleres más y no nos fue nada bien.

-Música- leí el letrero de la puerta antes de entrar. El salón era elegante y luminoso, de paredes blancas y dos ventanales. En el centro había un piano de cola hermoso.

-Definitivamente me inscribiré a este- exclamé emocionada. Hace un par de años que tocaba el piano.

Un señor un poco calvo, robusto y rostro amigable se presentó con el nombre de “Jorge”

-Como muestra del talento de este taller- se dirigió a todos los que estábamos ahí- les presento queridos alumnos de primer curso, a mi diamante más preciado; Sebastián Chassier.

Inconscientemente gruñí. Él comenzó a tocar una pieza musical a la perfección en el piano.

-Odioso y tramposo- bufé- ¡es vampiro! Obviamente va a tocar así- Me crucé de brazos y miré a Sofía al no tener una respuesta de parte de ella.

Era como si sólo existiera él, tenía su mirada fija en su rostro y podría jurar que escuché un suspiro

-¡Debes estar bromeando!- Me quejé- no te puede gustar eso.

-No me gusta pero es increíblemente talentoso. Parece como si tocara con el doble de manos. Mira lo rápido que toca.

-Ha tenido cientos de años para perfeccionar su técnica, obviamente es bueno. 
Pobre profesor ingenuo, pero claro, sólo es un humano normal- Suspiré.

Los vellos de la nuca se me erizaron y un escalofrío me recorrió todo el cuerpo. Ian había entrado al taller, su presencia me hacía sentir extraña, temerosa. El profesor de música le dio unas palmadas en la espalda y entonces supe que él estaba inscrito aquí. Salí casi corriendo y empujando a unas personas que me prohibían el paso ¿qué era lo que me estaba haciendo? ¡Me estaba quedando sin aire!

Era un hecho, no podría estar cerca de él.

Encontré las solicitudes de taller y me inscribí en el primero que vi. Después de anotar mi nombre miré la hoja Dibujo decía en la parte superior… bueno, no estaba tan mal.
De nuevo su aroma… se estaba acercando.

-Lamento si te cause una mala impresión- me habló su voz a mis espaldas de manera educada.

-Aléjate- siseé- sé lo que eres y sé lo que haces- Me di la vuelta.

-Lo sé. Te he escuchado, pareces saber lo que son cada unos de los alumnos del instituto. Desde un simple humano hasta un demonio. ¿Qué eres tú como para poder saber eso?

-Te lo dejaré de tarea.

-Y lo voy a descubrir, vamos a pasar mucho tiempo juntos.

-Claro que no- negué con la cabeza.

-Pues según esta hoja- tomó la solicitud de taller de dibujo- dice lo contrario. Te has inscrito en mi taller. No llegues tarde a tu dormitorio- Sonrió y se fue alejando por el pasillo.

El corazón me latió fuerte, me advertía que me alejara… desde pequeña no me gustaban los vampiros, son criaturas despreciables.  Miré para todos lados y me percaté que era seguro, no había nadie.

Me transformé en un pequeño gato negro. Eso era, para muchos un don bastante inútil y poco increíble pero la verdad es que me ha servido de mucho toda mi vida.
Corrí por los pasillos tratando de encontrar los dormitorios. En forma de gato pasaría menos vergüenza.

-¡Pero mira qué bonito!- Escuché una voz femenina a mis espaldas, olfateé un poco y noté que era una bruja- serás mi nuevo amigo, pero que suerte.

Me tomó entre sus brazos y yo maullé y traté de zafarme.

-Te trataré bien gatito, ya lo verás- ¿Gatito? ¡Soy gatita!

Narra Sofía:

Me paseé por los pasillos buscando a mi amiga ¿en dónde se habría metido? ¿¡Por qué se fue sin mí?!

Escuché un maullido muy familiar y corrí en esa dirección.
 Oh no.
La bruja con la que habíamos viajado en el bus tenía entre sus manos a Kashmir… ¿Y ahora qué hago?

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Este es el primer capítulo, todas las criaturas magicas tendrán importancia.
No sólo nos centramos en una, esperemos sea de su agrado.
Gracias por leer :3
Muchos besos!
Sofia&Kashmir.

2 comentarios:

  1. Aw *.* Gatita gatita.. :P
    Así que Ian.. ay, ya veremos lo que pasa por aquí. Esto está muy intrigante :)
    Y Sebastián..mm piano *.* jaja y Sofia con él..aquí uno para cada una xD

    Espero pronto un nuevo capítulo:)

    Besitoos!<3

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  2. que lindo blog! me encanta!! y sobre todo el chico... esa confecion de que no le gustan los vampiros me dio risa, y aun mas cuando llegaron los demas y se inundaron de ellos!! jajajjaa!
    el detalle de la aclaracion sobre que todos los seres magicos tienen su importancia en tu historia me llamo mucho la atencion y me gusto!!
    asi que ya te sigo!

    besitos Ü
    http://laspruebasdesupervivencia.blogspot.com/

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