domingo, 18 de diciembre de 2011

Sueños Rojos, Capítulo Tres: Sorpresas especiales.



Narra Kashmir:

Subí a los dormitorios fantaseando con mi almohada, me sentía muy cansada.
Al abrir la puerta del 13-A pude ver como Areli estaba sentada en el suelo con las piernas cruzadas y una cara atónita.

-Creo que debemos de tener más cuidado.

-¿A qué, de qué hablas?- Pregunté con voz somnolienta.

Caminé hacia la cama que se encontraba a un lado de la ventana y miré a la luna, tenía un extraño teñido rojo. Sonreí y me senté.

-Mejor que te diga Sofía- Areli se levantó y caminó hacia el pasillo de los armarios.

-¿Saben algo? Me quedaré con esta cama- di unos pequeños saltitos comprobando lo suave que era – espero que no les moleste que sea yo quien me quede con la cama al lado de la ventana.

-Es igual, mira esto- Areli traía agarrada del brazo a Sofía, como si la presionara para que hablara conmigo. Me acerqué a ellas y Areli le levantó levemente la blusa del pijama. Aprecié un moretón muy grande y poco saludable.

-¿Qué te pasó?- Pregunté haciendo una mueca, ¿se habría caído?

-Bueno, me encontré a Sebastián de regreso y…- Guardó silencio al ver mi mirada, entrecerré los ojos e hice puños con las manos. No necesitaba escuchar nada más.

Caminé hacia la salida y cerré de un portazo, estaba decidida. Sentí como me seguían y trataban de alcanzarme.

-¿A dónde vas? Ya no podemos estar en los pasillos a esta hora- Me preguntaba Areli confundida.
Bajé la escalera de caracol y crucé el vestíbulo en dirección al jardín por el que había desaparecido Ethan, si estaba en lo correcto era el jardín B y después del corredor llegaría al edificio independiente donde se encontrarían los dormitorios masculinos.

-Oh no - susurró Sofía.

-Oh, sí – contestó Areli.

Aproveché mi olfato gatuno una vez dentro y no tardé en percibir su asqueroso aroma. Llegué al dormitorio 27 - B y abrí la puerta de un golpe.
Un hechicero rubio estaba sacando la ropa de su maleta, Ian se encontraba recostado mientras leía un libro y el desgraciado de Sebastián ordenaba sus cosas en la mesa de noche.

-¿Qué hacen aquí?- Preguntó con sorpresa y malestar.

Me abalancé hacia él tomándolo por sorpresa y tirándolo a la cama. Comencé a golpear su pecho lo más fuerte que pude.

-¡Maldito golpeador de mujeres!

Unos brazos me tomaron por detrás impidiendo mi venganza. Era el chico rubio.

-¿Quién eres tú?- Me preguntó rodeando mi cintura con sus brazos, reteniendo mis intentos de volver por Sebastián.

-¡Suéltame!

Ian cerró la puerta de la habitación y se cruzó de brazos mirando la escena.

-¿Qué te pasa?- Siseó Sebastián.

-¡¿Y todavía preguntas después de haber golpeado a Sofía?!
-¿Qué?- Preguntaron los tres chicos al mismo tiempo.

-¡Ah, no es cierto! ¡No te hagas el que no sabes! Le dejaste un moretón tremendo en la cadera.

-Pero… -Se detuvo un momento y abrió los ojos con sorpresa- oh.

-¿Es cierto?- Preguntó el chico rubio.

-Quizá… por accidente.

-¿Accidente? ¡Ningún accidente! ¡No te le vuelvas a acercar! ¿Escuchaste?- La habitación se quedó en silencio, estaba lo suficientemente enojada como para que eso me importara.

Salí de la habitación esquivando a Ian. En el pasillo se encontraba Ethan recargado a la pared con una ceja alzada. Había escuchado todo.

Narra Sofía:

Después de que Kashmir hubiera golpeado a Sebastián yo no sabía en donde esconderme de vergüenza. Agradecía lo que ella hacía por mí pero me hubiera gustado que fuera en otro momento y no cuando llevaba mi pijama con un oso enorme en la blusa.

-Interesante inicio de año- Comentó el chico de cabello rubio y sonrió de lado. Era lindo pero prefería el cabello negro… un momento, ¿¡Desde cuándo pienso tanto en hombres?!

-Creo que nosotras también nos vamos- Comentó Areli también abochornada.

-Lamento todo esto- Por alguna estúpida razón me disculpé.

-No, yo lamento lo que hice- Contestó Sebastián y entendí que le había costado horrores decirlo.

Salimos apresuradamente, rezando porque nadie nos descubriera o tendríamos problemas. No encontramos en el camino a Kash, ni siquiera cuando entramos a la habitación. Me quedé despierta un par de horas más esperando a que llegara pero eso nunca sucedió. ¿Dónde estaba?

Me desperté temprano para mi mala fortuna con un fuerte dolor en la cadera donde se encontraba el moretón - cortesía de Sebastián - en algún momento me las iba a pagar. Mire hacia el techo: Primer día de clases, estaba nerviosa ¿cómo serian los maestros? ¿Los alumnos? Solté un suspiro tal vez muy alto porque Areli se movió.

Me levante, tomé unas prendas intimas, mi toalla y me dirigí al baño. Abrí la regadera  y me sumergí cuando el agua por fin salió caliente. Sentí el agua caer entre mi cuerpo, podía pasarme el día entero duchándome y como una vieja costumbre mía (o un cliché) comencé a cantar una canción ‘coungh syrup’  de Young the giant para ser exactos, que siempre me calmaba cuando me ponía nerviosa y me relajaba de una extraña manera.
Me hubiera encantado seguir ahí con mi pequeño concierto privado pero era hora de regresar a la realidad.

Salí de la ducha con gran lentitud, me enfurruñé en mi toalla para entrar de nuevo a la habitación donde Areli estaba despertando y Kashmir seguía dormida.

Mire detenidamente el soso uniforme de la escuela y noté el escudo de la escuela: serpiente color verde con ojos rojo sangre ¿quién fue el inútil que diseñó el escudo? Me senté en la cama pensando que los uniformes reprimen el individualismo de una persona, lo cual es muy triste… y de repente ¡BAM! Una idea surcó mi mente:

En el reglamento jamás decía que no podías modificar un poco el uniforme…. ¿o sí? Mi cerebro comenzó a trabajar a 100 por hora y pensé en millones de cambios para el horrible uniforme, al final me puse las medias negras que no estaban tan mal, agregué la falda que corté y volví a hacerle la bastilla para que quedara más corta, me fajé la camisa y abrí un par de botones hasta la altura del pecho para que se pudieran apreciar lo collares que agregué, me arremangué el suéter y puse un lindo moño abajo del escudo de la escuela. Ahora sólo faltaban los zapatos ya que “accidentalmente” olvidé las zapatillas escolares en casa, miré en mi colección de calzado y opté por mis botas militares favoritas (con estoperoles dorados y cintas del mismo tono pero de  terciopelo, muy monas). Me miré en el espejo  y decidí que me agarraría mi cabello en un moño alto sujetándolo con una cinta de encaje y como ese día mi fleco no quiso cooperar lo recogí con pasadores hacía atrás dejando un leve volumen. Para el maquillaje solo utilice base, corrector, rubor y mi inseparable rímel. Estaba lista.

Narra Kashmir:
Desperté con el ruido de unos cajones abriendo y cerrando. Me quejé y me tapé la cabeza con la cobija.

-Guarden silencio, gato durmiendo.

-¿Dónde estuviste anoche?- Preguntó la voz de Sofía.

Cerré de nuevo los ojos y traté de sumergirme en el perfecto mundo de los sueños. Amaba dormir.

-¡Te hablo!- Sentí una almohada chocando con mi cabeza.

-¡Oye!- Me levanté y la fulminé con la mirada – más cuidado.

-Ya son las siete si no te apuras no llegaremos a tiempo a clase- Canturreó Areli.

Eché la cabeza para atrás y me despedí de mi dulce cama.

-No vuelvo a ir a la sala de reunión sólo me resta horas de sueño.

-¿Dónde estuviste anoche?- Repitió Sofía, no estaba enojada sólo curiosa.

Rodeé los ojos.

-No tengo idea si era el jardín C, o Z sólo sé que está cerca del bosque. La luna estaba rara y me quedé a verla - Sonreí divertida por sus caras de escepticismo - ¡Es enserio! ¿Qué tenemos aquí?

Caminé hacia los armarios en donde estaban colgados los uniformes. Me emocioné, a diferencia de Sofía, a mi me llegaba ese sentimiento de orgullo al portar el uniforme de tu escuela. Tomé el que tenia bordado mi nombre, cortesía de mamá, y sonreí. Consistía en un suéter de color negro, corbata de franjas azules y negras, falda a cuadros de los mismos colores y calcetas negras, la blusa era blanca y tanto ésta como el suéter tenían el escudo de la academia; una serpiente de ojos rojos.

-Tomaré una ducha – avisé dejando con cuidado el uniforme en su lugar y buscando mi bata de baño.

Narra Sofía:

Me despedí de Areli y salí de la habitación a recorrer un poco la escuela. A los de primer curso nos identificaba el uniforme con toques azules, a segundo con toques verdes y a tercero rojos. Lo único bueno de ellos es que se adaptaban bastante bien al cuerpo.

Al bajar las escaleras de caracol me encontré con un par de chicos que hablaban muy animadamente. Puse atención a su conversación y me di cuenta que hablaban sobre un concurso de baile.

-Será en un mes, pero dentro de poco el entrenador va a decidir quién entra y quién no - Decía un muchacho pelirrojo.

-Ya lo sé, espero que ganemos este año. ¿Ya está lista la convocatoria? – Contestaba una chica de cabello castaño y ondulado.

-La pondrán en unas horas más.

Sonreí, un concurso de baile. Sería divertido. Invitaría a Kashmir a participar, pero, aunque a las dos nos gusta bailar ella me había dicho que no se metería a ningún evento o clase extra en los primeros meses.

Me dirigí hacia los chicos que a decir por sus uniformes, también eran de primero.

-Hola, soy Sofía. ¿Habrá una competencia?- Pregunté animada.

-Sí, me he enterado por mi hermano. Soy Will y ella es Nayeli.

-Eso es genial, quizá participe.

-Nosotros igual- contestó el chico con una sonrisa- ¿te gustaría unirte? Tendrás que aprender la coreografía de Marry the night.

Mi boca se convirtió en una ‘O’, cuando reaccioné de nuevo, sonreí grande y di unos pequeños saltitos. Adoraba con locura a Lady Gaga lo que ocasionaba la diversión de Kashmir y una que otra burla.

-¡Claro que sí!

Acordé con ellos de vernos después de clases para hablar mejor y en cuanto se fueron volví a saltar de alegría. Me paré en seco cuando noté que Ethan entraba al vestíbulo con un libro en mano y se me había quedado viendo. Me ruboricé y quería que me tragara la tierra pero lamentablemente al mundo le parecía de lo más divertido mi pena como para ir en mi ayuda.

-Hola- saludé con una ligera sonrisa.

-Hola- respondió y guardó su libro en la mochila.

-Aún faltan cuarenta minutos para el inicio de clases. ¿Qué haces por aquí?

Se encogió de hombros.

-Fui a la biblioteca.

Biblioteca, iría más seguido por ahí si tuvieran novelas y no tantos libros aburridos.

-Que interesante, ¿y a dónde vas ahorita? -¿Qué haces Sofía? ¡Deja de interrogarlo!

-Quizá al salón. No conozco a nadie así que tampoco tengo mucho interés en perderme en el castillo.

-Oh, bueno, me conoces a mí.

-¿Insinúas que te quieres perder en el castillo conmigo?- Sonrió burlonamente.

-¡Yo no dije eso!- Reí- pero es para que no te sientas solo.

-Bueno, pues gracias – Se acercó más a mí – Así que chica lobo ¿eh?

-Preferiría el término

-Licántropo, lo sé- Me guiñó un ojo.

-¿Me dirías que eres tú?

-Te dejaré que lo descubras por ti misma, así será más divertido.

-Lo descubriré más rápido de lo que crees – Bien, un nuevo reto.

-Eso espero, nos vemos en el salón.

-¡Sofía!- Escuché una voz muy familiar que me llamaba, regresé la vista hacia las escaleras y vi como Kashmir bajaba con una sonrisa enorme – Los uniformes son geniales - decía mientras su cabello, que llevaba una cinta de color amarillo a modo de diadema, se movía por cada paso que daba.

-Si claro- Comenté con sarcasmo.

-¿Hablabas con Ethan? Escuché su voz- Movió las cejas sugestivamente.

-Si a lo que acaba de pasar se le puede decir que hablamos, entonces sí ¿qué puedo decir?­- Sonreí.

-Es un comienzo.

-Escuché por ahí a unos chicos que habrá una competencia de baile – La miré con ojos de cachorrito.

-Sofía – me regañó – no quiero ningún tipo de actividad hasta que me adapte al ritmo de la escuela. Lo siento pero no cuentes conmigo.

-¡Por favor!

-No –negó con la cabeza.

-¿Ni me ayudas con la coreografía?

Rodó los ojos.

-Ya veremos. Iré al salón ¿vienes?

-¿Al salón? ¿Estás loca? Todavía falta mucho tiempo.

Se encogió de hombros y se despidió con una sonrisa.

Aún  faltaba demasiado para que empezaran las clases y yo quería seguir explorando el castillo.

Me sumergí entre sus pasillos notando que de las paredes colgaban diferentes pinturas, todas muy bellas. Me quedé un rato examinando una, pero me volví hacia el pasillo cuando sentí que alguien me observaba,  para mi desgracia estaba Sebastián recargado en un pilar mirándome burlonamente.

-¿Me vas a decir que te gusta el arte?- Preguntó sarcásticamente

-Sí, pero eso a ti no te incumbe - Solté tajante- ¿Por qué mejor no te vas a ver a que otras chicas seduces para luego destrozarles la cadera, te parece?- le dije intentando sonar cruel

-Mira, creo que ya ha quedado claro que no lo hice intencionalmente ¿Vale?

-¿Por qué será que no te creo? - Mentí, si le creía. – Al final, Kashmir tenía razón sobre ustedes.

-No es mi culpa nada de lo que le haya pasado a tu amiga y deberías darte la oportunidad de conocerme… te prometo que no te morderé hasta que llegue el momento- Dijo con su mirada fría y cruel.

-¿Qué quieres decir con eso?- Pregunté mordazmente.

-¿Pensaste que me había rendido ante la posibilidad de probar la sangre de un licántropo? Bueno, tal vez no seas tan poderosa como creí pero debes servir de algo –Agregó tajante

-Soy más poderosa y fuerte de lo que crees, y lo deberías saber. Incluso más fuerte que tú. - Dije valiente y con una mirada seductora.

-¿Por qué piensas eso?- Preguntó de forma burlona      

-Porque si no fuera así ¿qué otra razón abría para que estés aquí conmigo? - dije sonando lo más convincente posible mientras me acercaba a él – Además, hay otros licántropos en esta escuela ¿Por qué no elegiste a uno de esos?

-Porque… ninguno de ellos cumplió mis expectativas y tú sí.

-¿Y cuáles son esas expectativas?- Pregunté de forma coqueta, vale ¿por qué no me divertiría un poco en esta escuela?

-En primera ser una chica, en segunda ser inteligente, tercera que sea linda, cuarta que sea ingenua – Se acercó a mí siguiéndome el juego

-Yo no soy ingenua- Di un paso más hacia adelante.

-Y quinta –Continúo, ignorándome - en efecto poderosa, tu sangre debe ser exquisita - Completó mientras nuestros labios se juntaban para fundirse en un apasionado beso.

Tendré que ser sincera y admitir que fue un increíble beso, el vampirito sabe lo que hace. Sentí como luchaba en despegarse de mis labios y no se lo permití, se rindió al tomarme de la cintura y me atrajo más hacia él. Este juego me gustaba.

Sentí un horrible dolor punzante en mi cintura: me estaba aplastando con su brazo el horrible moretón. Solté un gemido contra sus labios y me despegue de él.

Se lamió los labios y sonrió.

-Tu presencia en este instituto será divertida.

-Sólo no te enamores de mí ¿vale? – Bromeé – aunque debo preguntar sobre lo que acaba de pasar.

Se rio y dijo:

-¿Por qué no puedes ser de esas chicas que derriten con mis besos y no preguntan por qué.

-Porque yo no soy esas chicas.

-¿Celosa?- Preguntó burlonamente

-Para nada.

-Haré como que te creo. Voy por ti a tu cuarto esta noche para dar un el paseo que prometimos ayer y ya veremos cómo continúa tu jueguito.

-No puedo, tendré que arreglar mi habitación - Dije como pretexto

-No es una pregunta, iré hoy por ti.

-No sabes cuál es mi cuarto

-Te sorprendería las cosas que se de ti - Dijo mientras se alejaba

-¿Qué quieres decir con eso?- Enarqué una ceja.

-Sólo si vas conmigo esta noche lo sabrás

-Entonces creo que tendré que ir –Me mordí el labio y volví a sonreír coqueta.

-Ahora vete que se te está haciendo tarde – Sonrió de lado y me guiñó un ojo.

-Es cierto, nos vemos - Y salí corriendo

Narra Kashmir:

Estaba a punto de entrar al aula de literatura, la cual no fue difícil de encontrar ya que había pasado por aquí la noche anterior, y creí ver una cara conocida.

-¿Blanca? – Pregunté en voz alta. La chica venía con un grupo pequeño de amigos, cuando escuchó el nombre levantó la vista y sonrió.

-¡Hola, Kashmir!- Se acercó a mí con una sonrisa grande - ¿Cómo has estado?

-Muy bien, es bueno verte.

Blanca iba en segundo y la conocía desde que tenía seis años. Me sorprendió verla con el cabello tan corto y un poco ondulado. Ella era de una familia de hechiceros.

-Tu primer año ¿eh?

-Así es – sonreí – es un poco atemorizante.

-¿Por qué?

-Hay ciertos alumnos que preferiría evitar, eso es todo.

-¿Sigues con tu miedo a los vampiros?

-¡No es miedo!

-Te diré algo, por tu bien. No te les acerques, aunque tienes una obsesión por la información no sabes mucho en realidad. La escuela te servirá de mucho. Te puedo decir que los demonios de esta escuela te convienen más que ellos.

-Creo que eso es fácil de creer.

-De verdad, no sabes nada de ellos- Buscó algo en su pequeña mochila, sacó un libro pequeño ya un poco gastado y me lo entregó- léelo.

El titulo decía “Vampiros y otros secretos, volumen 1 por Amanda Díaz”

-¡¿Cómo conseguiste este libro?!- No estaba acostumbrada a leer este tipo de cosas, sólo por mi hermana mayor que era una bruja de magia negra.

-En esta escuela te darán muchos como estos, pero que ningún humano los vea.

En ese momento pasaron Sebastián, Ian y el chico rubio de anoche. Parecían sorprendidos de que conociera a alguien más de la academia, idiotas.

-Mi clase está por comenzar, tengo que irme. Me agrado volver a verte, te buscaré después.

-Te devolveré tu libro en cuanto pueda.

-No te preocupes por eso, y si quieres más de estos libros te diré dónde puedes conseguirlos en el pueblo- me guiñó un ojo.

Entré a mi aula con una sonrisa de oreja a oreja. Creí que sería la primera en llegar pero no fue así, Ethan estaba sentado en medio del salón y leía un libro de defensa personal.

-Hola- saludé y levantó la vista del libro.

-Buenos días.

-¿También te gusta llegar temprano?

-Sí

-¿Por qué lees eso?- Señalé el libro.

-Por las clases de defensa mágica –Enarqué una ceja y me explicó - ahí nos enseñarán a defendernos en caso de que otra criatura nos ataque. Me inscribí a ese taller.

-Eso es muy útil - A Sofía le vendría bien unas clases de cómo golpear correctamente a Sebastián.

Me senté delante de él, obligaría a Sofía sentarse detrás de mí para que pudiera hablar mucho con Ethan.

Abrí mi libro y me fui directamente al índice para ver qué tema captaba mi atención. Todos lo hacían pero hubo uno que suplicaba para que lo leyera; Capítulo 16: Mordeduras.

“El vampiro, así como otras criaturas, tiene preferencias respecto a sus víctimas, la zona en donde muerde y el tipo de sangre que desea beber.

Venía una descripción sobre las arterias, las venas, las zonas donde es más fácil matar a la víctima y otras en las que no se peligra la vida. Me sentí mareada con eso y cambié a otro párrafo más amigable.

“Los vampiros suelen tener un gusto especial por la sangre de licántropo – Me estremecí – ya que les ofrece más fuerza y es más dulce. Esto no suele suceder comúnmente pero el momento más adecuado es después de una luna llena.
Por otro lado, está la llamada ‘sangre virgen’ resulta exquisita para unos y repulsiva para otros. No se ha comprobado científicamente algún cambio fisiológico en el vampiro por lo que se le adjunta a una preferencia tal como un humano tiene hacia la gelatina u otro aperitivo. Este tipo de sangre no es otra más que la perteneciente de un virgen y puede crear más reacciones de las que se imagina tanto sexual como energéticamente. Algunos vampiros han violado sexualmente a su víctima por lo mismo”

… Sin comentarios.

Cerré el libro y suspiré.

Faltaba todavía un tiempo para que la clase comenzara y yo no quería pensar en nada de lo que había leído. Saqué mi reproductor de música y comencé a escuchar a mi grupo favorito; The Red Jumpsuit Apparatus y elegí ‘can and mouse’ como canción.

Comencé a recordar a mi hermana y traté de imaginar cómo había pasado ella tres años en esta academia. Mi familia era normal. Mis padres y mi hermana Michelle eran humanos pero Verónica, mi hermana mayor y yo no fuimos iguales y mucho menos yo.

Verónica es bruja de magia negra pero eso no quiere decir que sea malvada. Al contrario, tampoco es una santa pero yo la admiro mucho. Se diferencia de una bruja blanca porque sus poderes son mucho más fuertes, entre ellos están los cuatro elementos. Una vez creó accidentalmente un pequeño tornado y yo me desmayé del susto. Desde que nací tengo ese miedo irracional, así como cuando hay mucho viento me pongo pálida porque siento que me ahogo.

Y sobre mí… según sabia, nací con el don de convertirme en gato por mi ¿tía bisabuela? O algo así. No sé mucho de ella, sólo que murió muy joven por una enfermedad misteriosa. Siempre he tenido una tremenda y nada saludable obsesión por querer saber más de ella ¿por qué? Quién sabe. O por lo menos tener una foto, la única información que me ofreció mi mamá es que era pelirroja y su piel era como la nieve que de ahí se debía a que yo de niña pareciera gasparín.
Muchas veces he deseado encontrarme a un viajero del tiempo pero hasta ahora no he tenido suerte. Mamá piensa que estoy loca por creer en eso pero, si existimos nosotros ¿por qué ellos no?

Narra Sofía:

Entré al aula y miré a todos lado: chicos y chicas estaban sentados en sus sillas mientras platicaban, leían u observaban mi uniforme. Estaba decidida pero me paré en seco al ver a Kashmir en las nubes, tenía que contarle todo lo que me acababa de ocurrir así que seguí caminando en dirección a su asiento cuando sentí a alguien más viéndome era Ethan. Sonreí.

Estaba sentado atrás de Kashmir, llevaba el uniforme de la escuela, (jamás pensé  que alguien se le podía ver tan bien  ese horrendo uniforme) su cabellos despeinado y leía su inseparable libro.
Sentí ese impulso ensordecedor de sentarme junto al él, pero como lo había estado interrogando en la mañana esto ya sería demasiado...así que comenzó una lucha interna, estaba a punto de sentarme con mi amiga cuando una fuerza sobrenatural me hiso sentarme con Ethan…fue la cosa más rara que me ha pasado.

-Desde ahora este será tu lugar ¿te parece? - Me dijo apartando la mirada del libro y dedicándome una hermosa sonrisa.

-Está bien - dije atontada

-¿A qué taller te inscribiste? - Dijo sin apartar la vista del libro

-Defensa – solté felizmente

Me volvió a mirar y dijo:

-Yo igual, estoy seguro de que seremos compañeros.

Me sonrojé.

-Eso espero – Susurré.

Narra Kashmir:

-¿En qué piensas?- Me preguntó Sofía, y salí de mi burbuja. El salón ya casi estaba lleno y ella, Areli e Ethan me miraban con curiosidad.

-¿Cuándo llegaron?- Miraba para todos lados sorprendida.

Los tres se rieron y me alegré de ver por lo menos un poco más de cercanía entre Sofía e Ethan.

Nuestra maestra llegó, una señora delgada y bajita con nariz alargada y cabello negro. Tenía en su mano un café y su maletín.

-Mi nombre es Susana Lozz y seré su maestra de Literatura – Hablaba animadamente pero tenía una pinta un poco estricta.

Tuvimos que presentarnos de uno por uno, gracias al cielo comenzaron desde el último al primero por lo que escuché las presentaciones de mis amigos antes:
“Areli Muños, soy muy sociable y me gusta estudiar. Practico ballet y toco el violín”
“Ethan Allen, me gusta la fotografía y el cine”
“Sofía Arana, me encanta la fotografía – se le escuchaba emocionada, sabía que era porque sus gustos coincidían con los de Ethan – leer y escribir, también me gusta la música”

Luego fue mi turno.

-Kashmir Cobián, me gusta diseñar. Algo que disfruto mucho es dibujar y tocar el piano.

-Qué raro nombre- Opinó la maestra. Resistí el impulso de voltear los ojos, siempre me decían lo mismo. Sonreí y me senté de nuevo.

Narra Kashmir:

Al salir del aula de literatura me despedí de Sofía, presioné el libro que me había prestado Blanca contra mi pecho y suspiré. Tres veces a la semana tenía que acudir al taller, y hoy era una de esas veces.

Fui directamente al vestíbulo principal, montones de alumnos se apresuraban para llegar a sus clases correspondientes. ¿Dónde me habían dicho que estaba el aula de dibujo?

Suspiré y vi una cara conocida. Tragué saliva y caminé decidida.

-¿Ian?- Pregunté y se giró para verme - ¿Cuál es el taller de dibujo?

-En la torre sur, la primera puerta a la izquierda.

Asentí.

-Gracias.

-Voy para allá, te acompaño.

-Pero eres de segundo.

-Sí pero tengo que hacer algún proyecto en beneficio de la escuela, así que me ofrecí de voluntario en el taller. Algo así como tutor.

-¿Todos los de segundo hacen eso?

-Algunos ayudan en la cafetería, en otras clases, en la biblioteca, en los jardines, eventos, hay muchas opciones. No durará mucho de todas formas.

Caminamos por el pasillo en silencio. Era mi compañero después de todo, no tendría problemas si llevaba las cosas por la paz.

Al llegar a la torre –la cual tenía demasiados escalones como para que fuera saludable subir – entramos en el aula. Era normal, había pupitres alrededor formando un círculo y en el centro estaba la pizarra. Elegí un asiento al azar y me senté, la clase no debía tardar en empezar.

Un muchacho con el cabello castaño hacía garabatos en su cuaderno. Levantó la vista al notar que lo miraba y me sonrió.

-Hola, ¿cómo te llamas?

Creí que lo apropiado sería corresponderle la sonrisa.

-Kashmir ¿Y tú?

-Eliot.

Su aura no era humana pero al igual que Ethan no podía definir de qué se trataba. Sus auras eran completamente distintas, no podía tratarse de la misma especie.

Observé su cuaderno y vi garabatos, o más bien, símbolos extraños.

-Mi familia tiene la costumbre de hacer este tipo de cosas, cada uno de ellos tiene un significado para nosotros- Me explicó con una sonrisa grande.

-Eso es interesante – Confesé - ¿Qué significa esto? – Señalé el que más llamaba mi atención, era una especie de ‘8’ con un laberinto en su interior.

-‘Tiempo’

-¿Y este? – Señalé otro que tenía la forma de una ‘C’ con una flecha en su interior, al lado de ésta parecía que había una hoja de árbol cayendo.

- ‘Dragón’

-¿Debería entender esas palabras?

-Sólo si eres de mi familia. De igual forma no hay mucho que contar – Le quitó importancia con un movimiento de mano.

-¿Dragón? – Pregunté tratando de adivinar lo que era.

Suspiró aliviado.

-¿Nada común, eh? Es bueno saber de alguien más, que no sea normal.

-Nunca me había topado con alguien así ¿Cómo es?- Pregunté emocionada.

-No es para nada como en los cuentos, puedes estar tranquila. No lanzo fuego.

-Entonces… eres pequeño ¿Cómo el dragón de Mulán?

-No, en lo absoluto. Parece que tienes mucha curiosidad ¿no?

-Espero no ser una molestia, aunque te seguiré haciendo preguntas de todas formas.

Se rió y recargó su espalda en el respaldo de la silla.

-Supongo que no tengo problema en contártelo a ti.

-Entonces cuéntame cómo eres.

-Mi forma humana cambia a la de un dragón 'tradicional' sólo imagíname blanco, mi cabello se convierte en azul y se extiende por toda la espalda, me salen una especie de ‘bigotes’ largos que no sirven para otra cosa que para comunicarme con la mente. Mis brazos se vuelven alargados, mis ojos cambian, vuelo, bah. Muchas cosas.

-Pero ¿qué significa el símbolo de ‘tiempo’?

-Información clasificada.

-¿Qué? No es justo, ya comenzaste a contarme – Hice un puchero.

-Es tu turno ¿Qué eres tú? – Entrecerré los ojos.

Saqué mi cuaderno y le enseñé el pequeño dibujo de un gato, puse un dedo en mis labios y pedí que no dijera nada en voz alta. Aún no quería que Ian se enterara.

-Eso también es nuevo para mí – A pesar de sus palabras, no parecía muy sorprendido. A decir verdad Eliot me sonaba conocido de alguna parte, así como Ian me resultaba aterradoramente conocido.

El profesor de dibujo llegó y nos dio la bienvenida a los de primer curso. La clase no fue otra más que una extensa explicación del sistema de estudio y calificación. Nos dio la pequeña tarea de hacer una obra en la que expresáramos quiénes éramos y en la siguiente clase lo compartiríamos con el resto de los compañeros.

Eliot salió del salón rápidamente con la excusa de que había olvidado un libro en su habitación. Yo me quedé un poco más y repasé los dibujos que había hecho en mi libreta, me detuve en la tercera página, ahí en la parte superior se encontraba el símbolo de ‘tiempo’ que también había hecho Eliot.

Levanté la mirada y me topé con los ojos de Ian, sonrió y salió de la habitación.
¿Y esto?
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Ojalá el capítulo sea de su agrado.
Les agradeceríamos que nos dieran su opinión, sugerencias, expectativas y críticas constructivas para mejorar la historia (Es enserio)
Felices fiestas!
Sofía&Kashmir.

4 comentarios:

  1. me encanto se quedo inresante espero y sigan aciendolos estan muy buenos

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  2. Aw me gusta mucho Eliot *.* ese para Kashmir xD
    Y no se yo...desconfío mucho del jueguecito de Sofía y Sebastian. :S

    ¿Símbolo de tiempo? No será lo que nombró Kashmir de viajero del tiempo no? e.ê

    Publicad pronto :D

    Besoos!

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  3. Omg!! Me encanta!!
    Lo que se trae Sofía con Sebastian... para mi gusto es tan malo como intrigante. Me pirran los chicos malos, y no iba a ser menos el vampirito jaja Kashmir ya veremos a quien se echa de novio, seguro que será interesante jaja
    Publicad pronto que me tenéis en ascuas >.<
    Un beso!!

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  4. Susana Lozz? Elia?.
    muy buen capitulo, ya cambie de opinion, me agrada más Eliot para kashmir e Ethan para sofi, pero esas cosas que estas haciendo no son de Dios Sofi... xD. Siguiente capitulo
    :) Laura

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