miércoles, 25 de enero de 2012

Sueños Rojos, Capítulo Seis: Amenazas



El tiempo había comenzado a pasar con mucha rapidez y en menos de lo que nos dimos cuenta octubre ya había llegado, Sofía estaba pasando mucho tiempo ensayando su coreografía últimamente y hoy un juez juzgaría su desempeño y decidiría si era buena idea que la escuela participara en el intercolegial de enero o no. 

-¿Qué piensan hacer esta noche? – Preguntó Eliot mientras caminábamos por los pasillos de la escuela.

-Lo que todo el mundo hace, dormir. Es domingo pero no tengo ningún plan ¿quieren hacer una pijamada? -Bromeé

-Hola – Llegó con nosotros un muchacho con los ojos grises, el cabello opaco y bastante pálido. Logré notar que sus uñas estaban moradas y sus labios no tenían mucho color. Olfateé un poco, tenía un aroma fuerte pero no muy agradable – Soy Eric, venía a darles una invitación para un nuevo bar que se va a abrir en el pueblo – Nos tendió un volante colorido – Mi tío es el dueño y me ha dicho que quienes vayan a la inauguración hoy tendrán un descuento especial, habrá karaoke.

-Gracias – Sonreí y Eric se fue con otro grupo de chicos, ladeé un poco la cabeza y lo observé– Es curioso que tengamos zombis en la escuela.

-¿Cómo es que no se les cae la piel? – Preguntó Eliot uniéndose a mis observaciones.

-He leído que tienen que tomar y untarse muchas cosas para eso, si no lo hacen la piel se les vuele amoratada y puede comenzar a levantarse un poco – Comenté haciendo una mueca inevitable.

-¿Comerá humanos como dicen las películas? – El estomago se me revolvió.

-Espero que no. Ian, llevas más tiempo aquí ¿Se ha comido a alguien? – No tuve respuesta. Me giré pero Ian ya no estaba con nosotros sino con una chica bonita de cabello negro, a su lado estaba la rubia que el primer día me mataba con la mirada.

-¿Enserio? – Preguntó en voz baja Eliot.

- Parece que Romeo busca Julieta. Si quiere a alguna de las dos prefiero a la de cabello negro, la rubia no me agrada.

Eliot tenía fruncido el ceño, parecía molesto.

-¿Estás bien? – Pregunté y luego abrí los ojos como platos - ¡No me digas que te gusta alguna de ellas!

-Claro que no, es sólo que…. Ian exaspera – Se llevó una mano al puente de la nariz y cerró los ojos, después me miró - ¡Y tú también! – Se fue por otro pasillo murmurando algo que no logré entender.

¿Y ahora qué hice yo?

Ian regresó con una sonrisa de satisfacción.

-¿Y Eliot?

-No lo sé, se comportó muy extraño y se fue – Me encogí de hombros – Así que planeas una nueva conquista ¿eh? – Sonreí

-No tengo mucho interés en ella así que no es la gran cosa – Caminamos hacia los jardines y nos sentamos en una de las banquitas. Subí mis piernas y saqué una paleta de mi mochila, me la llevé a la boca.

-¿Con quién planeabas salir de las dos?

-La chica de pelo negro aunque la rubia también mostró entusiasmo – Sacó su teléfono, leyó un mensaje de texto y volvió a guardarlo – No he podido dejar de pensar en qué diría mi mamá si te viera de nuevo.

-No entiendo que tiene de malo que sepa de mí pero estoy segura de la reacción que tendría mi mamá si supiera de ti.

-¿Cuál sería?

-No le gustaría, no es fanática de los vampiros que digamos. Por cierto, ayer recordé sobre el famoso lago  y no estábamos desnudos.

Él comenzó a reír.

-Hubieras visto tu cara cuando te dije eso, ¿sigues consumiendo las pociones de Areli?

-Son bastante buenas, los recuerdos se han estimulado. Te podría decir que ya no sueño y si lo hago son visiones.       

Saqué la paleta de mi boca e Ian trató de quitármela, terminó consiguiéndolo y se la llevo a la boca. Había visto a cientos de chicos hacer eso y siempre pensé que era asqueroso, pero con él era diferente, me resultaba agradable.

-¿Piensas ir al baile de invierno? – Pregunté después de un rato en el que sólo nos dedicamos a escuchar música.

-No lo sé, es un poco desagradable tener que llevar pareja para poder asistir. Aún falta un mes para eso, ¿Quieres ir?

Me esperaba que me preguntara un ‘’ ¿Piensas ir? ’’ Pero que me invitara me tomó desprevenida.

-¿Salida de amigos? – Deduje – ¿No es algo que las personas hacen cuando irremediablemente no pueden encontrar pareja y se ven en la necesidad de recurrir a las amistades?

-Supongo, igual será aburrido.

Su celular volvió a sonar avisando la llegada de un nuevo mensaje.

-¿Quién te habla tanto?

-Mi mamá, insiste que vaya a Francia a visitarla.

-¡Cierto! – Era tonto olvidar que Ian fuera francés pero no se notaba en su acento - ¿Vives allá? ¿Cómo es?

Noté que unas alumnas de tercero escuchaban un poco de nuestra conversación.

-Te enseñaré francés, así hablaremos con tranquilidad.

Asentí emocionada.

Ivonne, la chica rubia de segundo se acercó a nosotros… bueno, a Ian.

-Hola ¿Me ayudas con la tarea de física, por favor? He estado intentando hacerlo sola pero no puedo– Me ignoró limpiamente, yo bien podría pasar como un fantasma.

-No hay problema – Ian me sonrió y me dio su ipod – me lo regresas cuando nos veamos.

Se levantó del asiento y se colgó la mochila al hombro, también me levanté y tomé de su mano atrayéndolo hacia mí. Me acerqué a su oído y le susurré:

-Cuídate, quizá ella quiera aprender física de otra manera – Recuperé la paleta y me la llevé a la boca, le di un pequeño beso en la mejilla, me alejé y tomé mis cosas. Él me sonrió divertido y se fue con Ivonne.

-¿Qué fue eso? – Preguntó Areli con curiosidad acercándose a mí.

-Eso se llama matarle las esperanzas a una zorra. 

-Parece que ella no te agrada nada – Comentó Karen, otra amiga que se nos unió.

-¿Muy obvio? Igual, Ian debió haber captado mi intención.

-Es increíble que ella intente algo con él, ayer la vi casi sacándose las anginas con uno de tercero. Debería comenzar a comprarse blusas menos escotadas.

-Tal cual, ¿Vamos al auditorio a ver a Sofía?

Llegamos justo a tiempo antes de que comenzara la presentación.

Narra Sofía:


En cuanto la música empezó a sonar traté de bailar y seguir la coreografía como la había enseñado. No me podía concentrar en nadie más y rogaba porque no se equivocaran.
Ahora el juez, quien tenía una larga cabellera recogida con una liga, nos apreciaba desde su asiento con ojos inexpresivos. Estábamos ansiosos por la respuesta, anhelábamos poder entrar al intercolegial. Cuando dimos los últimos pasos nos quedamos en nuestros lugares iniciales esperando lo que el juez tuviera que decir. Las respiraciones cada vez se volvían más irregulares y el corazón empezaba a querer salirse del pecho.
Se levantó de su asiento y acomodó su chaqueta de cuero, cruzó los brazos y apretó los labios.

-¿Cuánto tiempo ensayaron? – Preguntó con una voz melodiosa.

-Un mes y medio – Contestó Will armándose de valor, teníamos que aceptarlo el juez daba miedo.

-¿Y esto fue lo que lograron en un mes y medio? – Enarcó una ceja y el alma se me fue al suelo, claramente lo que seguía era una respuesta negativa a nuestros deseos – Pues me parece que van a tener que conseguirse uniformes nuevos – Escribió algo en sus papeles y cerró la carpeta en la que los llevaba – El intercolegial es en enero, los veré de nuevo ahí.

Sin decir nada más subió los escaloncitos que lo llevarían a la salida. En cuanto se cerró la puerta aplausos, gritos y abrazos se desencadenaron, ¡Participaríamos en el intercolegial! 
Abracé a Will y éste me dio un beso en la sien.

-¡Pasamos! - Gritó él.

-Lo hicimos, es increíble.

-Gracias a ti que nos enseñaste la coreografía.

-Todos cooperamos – Me sonrojé.

-No seas modesta, no te sale - Pasó su brazo por mis hombros y nos dirigimos a los demás. Este simple gesto hubiera armado un gran cotilleo pero todos sabían que Will era gay y que había algo entre Sebastián y yo.

-¡Lo hicimos! - Gritó una chica del grupo llamada Devora

-Ganaremos el concurso, de eso no hay duda - Agregó otra chica de nombre Eloise

-Tenemos que celebrar - Propuso Will

-Sí, hay que hacer algo- recalcó un chico de nombre André

-El tío de Eric tiene un bar en el pueblo y hoy es noche de karaoke – Habló Kashmir subiendo al escenario.

- Me fascina la idea – Estuve de acuerdo.

Todos dieron un grito de aprobación.

Mire a un lado y vi a Sebastián acercándose

Caminé hacia él pero Will me detuvo. Me gire hacia él

-¿Te apetece ir mañana conmigo a tomar un café a la ciudad? El viaje será un poco largo pero prometo que valdrá la pena. Nos saltaremos clases.

-Claro, mañana solo será nuestro día.

Seguí mi camino hacia Sebastián

-¡Pasaron! Lo hiciste muy bien - Me felicitó mientras me tomaba de la cintura y me acercaba hacia él.

-Gracias, significó mucho para mí que vinieras – Comenté mientras lo abrazaba.

-Jamás me lo perdería - Me dijo al oído - Tengo algo que darte, pero está en mi habitación

-¿Te parece si vamos después del bar?

-Está bien – Aceptó con una sonrisa.

¿Qué era lo que Sebastián me iba a dar?

Una voz nos interrumpió.

-¿Vienes o no? – Preguntó Kashmir con impaciencia, aún no le gustaba mi novio… novio, que extraño y bien se siente decir eso.

‘’No es tu novio’’ Me había dicho ayer ella ‘’Mientras no sea oficial ante todos sólo es tu pareja de besuqueo’’ odiaba pensar que quizá tenía razón.
Una hora después nos encontrábamos en un bar del pueblo donde tenían noche de karaoke. El lugar estaba bien, nada del otro mundo pero era lo suficientemente bueno para pasar una excelente noche.

-Miren esto – Habló Areli, había conseguido que le dieran bebidas con alcohol después de haber utilizado un hechizo para aumentarse la edad y ahora estaba borracha. Era terriblemente divertido verla así – propinquus – Acto seguido otra copa se deslizaba por la barra hasta llegar a ella.

-Procura que los humanos no te vean – Le advertí.

-Procura no vomitar todo eso – Dijo Kashmir llegando justo detrás de mí.

-¡Diviértanse! ¡Festejen! Puedo hechizarlas también para que se vean un poco mayores, con un simple etiam conseguirán estos lindos amigos para ustedes – Señaló su bebida y dio otro sorbo.

-Prefiero recordar esta noche mañana, gracias – Le sonreí y volví a reír al verla tan ‘’alegre’’. Ella se levantó y se subió a una de las mesas a bailar ¿Esta es la misma chica que nos presiona para hacer trabajos extra?

Matías o Mateo o como sea, llegó para llevarse a Areli lejos de las mesas.

-¿Vamos al karaoke? – Propuso Kashmir y yo asentí.

Tomamos un turno y nos sentamos en una mesa que estaba enfrente del pequeño escenario. Primero pasaron algunos chicos del grupo de baile y algunos otros alumnos de la academia, nos divertíamos comentando qué tal lo hacían y nos partimos de risa cuando Areli también subió, parece que Matías no pudo controlarla. Para nuestra sorpresa Ian también cantó una canción en francés con su guitarra y Kashmir le sonrió ¿y decía que Sebastián era presumido? Debe ser algo en los genes de los vampiros, era como si tuvieran un letrero que dijeran ‘’puedo mejorar todo lo que los demás hacen’’

Era increíble como su relación había dado un giro, ella seguía con su desprecio hacia los vampiros pero sólo hacía una excepción con él. Reflexioné acerca de cómo ella y yo nos habíamos distanciado un poco,  ahora ella tenía a sus amigos y yo a los míos lo que más nos unía era el dormitorio y el escaso tiempo para poder hablar entre clases.
Noté que se ponía tensa y salió afuera en búsqueda de un poco de aire, me preocupé un poco pero me pidió que no la siguiera. Me quedé a esperarla justo cuando mencionaron el número de mi turno.

-Eh, soy yo – Dije al chico del Karaoke y este me tendió la mano para subir – pero iba a hacer dueto con mi amiga, vuelve enseguida.

-Nada de eso, si ella se fue perdió su turno. Vamos.

Terminé cantando una canción de Kings Of Leon, mi voz era normal así que me esforcé para afinarla lo mejor posible y que sonara dulce y cálida.
Al término, con las mejillas encendidas, bajé del lugar y Sebastián me abrazó pero antes pude notar perfectamente que Ethan me miraba.

-Te veías hermosa ahí arriba.

Le di un beso en los labios, al carajo con lo del secreto del noviazgo si me quería tendría que aceptarlo ante todos.

-¿Qué hay de mi regalo? – Recordé.

-Vamos – Sonrió y me sacó del lugar mientras me tomaba de la mano.

Narra Kashmir:                                                                                                                  

Ian me había ayudado a llevar a Areli hasta la habitación aunque estuvimos en peligro de que nos vomitara encima.

-Gracias – Le dije al salir al pasillo.

-No hay de qué.

-¿Cómo es que llegaste al bar? ¿Cómo supiste?

-Escuché cuando Eric les había dado la invitación y deduje que habías ido, quería escapar de las garras de Ivonne tenías razón con lo de aprender física de otra forma – Se estremeció y rió un poco.

-¿Has visto a Eliot?

-Sí, pero parecía muy concentrado en algo más.

Una nueva voz se nos unió.

-¿Sofía ya llego? – Preguntó Ethan

-Eh, no – Contesté – La vi salir con Sebastián quizá esté con él.

Ethan parecía ser otro, golpeó la pared con su puño pero no se hizo daño.

-¡Hey! ¿Qué te pasa? – Pregunté

-Déjame en paz ¿quieres? – siseó

-¿Por qué no te vas de aquí? – Sugirió Ian molesto, Ethan se marchó por el pasillo - ¿Sofía se fue con Sebastián? – Preguntó incómodo.

-Sí, ¿por qué?

-¿Podría quedarme un rato más contigo?  Aún no quiero volver a la habitación.

No estaba insinuando que mi amiga estaba teniendo sexo con el vampiro… ¿o sí?

-Pero…

-Confía en mí.

-Ian, tú conoces a Sebastián él no piensa dañar a Sofía ¿verdad?

-Nunca me ha hablado de tener malas intenciones de ella, no es como si fuéramos los mejores amigos Kashmir simplemente nos hablamos por ser compañeros de habitación.

Asentí temerosa, abrí la habitación y lo dejé pasar, lo siguiente que pasó no me lo esperaba.
Los objetos de la habitación estaban flotando junto con Areli.

-Efectos secundarios de la borrachera ¿no? – Preguntó Ian.

-No me quiero imaginar cuando despierte estando cruda.

Pasamos cerca de media hora tratando de hablar esquivando los objetos que nos atacaban constantemente, intentamos despertar a nuestra brujita pero sólo nos ganamos una patada de su parte. Le dije a Ian que mientras llegaba Sofía él podía dormir en mi cama y yo en la cama de mi amiga. No tardé en quedarme dormida, pero cuando llega la noche los recuerdos regresan.

Un camarote adornado con muebles costosos, decoraciones elegantes y con una chimenea hermosa en la sala, era el lugar en el que me encontraba. Mi cabello pelirrojo lo tenía agarrado en un moño elegante, un vestido color azul claro cubría mi cuerpo y un collar brillaba en mi cuello.

-Hermoso ¿no te lo parece? – Mi tía parecía complacida con la arquitectura del lugar.

-Sin duda – Me mostré de acuerdo – ¿Es seguro?

-¡No hay barco más seguro que el RMS Titanic! – Sonrió – Prepárate, pronto sonará la campana de la comida e iremos a saludar a nuestros amigos.

-Me preguntaba – Hablé con voz dubitativa – ¿Podría dar una vuelta? Me encantaría ver más.

Ella negó con la cabeza.

-Habrá tiempo para eso después, prepárate – Repitió.

El comedor de primera clase tenía paneles blancos y muebles de caoba, con lámparas en todas las mesas, hacia proa había un espacio para el piano que era utilizado por un hombre de un gran bigote negro. Los platos, cubiertos y copas eran ordenados para que el espacio entre ellos fuera siempre igual, las mesas eran ligeramente humedecidas para que con el movimiento del barco todo se mantuviera en ese orden.

-Elizabeth te presentaré a alguien. – Mi tía me susurró al oído– Un muchacho de buena posición social que te agradará.

-No sabía que entre tus planes para este viaje se encontrara casarme.

-No perdemos nada con ello, ahora se educada – Advirtió  y comenzó a buscar a alguien con la mirada – Oh, ahí está. Escucha bien, es hijo de Margaret y James Dómine así que compórtate como se debe.

Con facilidad podía decir que mi tía estaba más nerviosa que yo. Los Domine eran una familia francesa y de mucho dinero, mis padres y yo los habíamos conocido cuando era pequeña.
Caminamos hacia ellos, una pareja de unos cuarenta años que derrochaba elegancia con cada movimiento y cada gesto. A su lado se encontraba un chico de cabellos negros como sus ojos, sus labios se habían formado en una ligera ‘O’ al vernos y sonrió de lado.
Ian.

Un dolor agudo me atacó, sentía como mi piel era atravesada con algo filoso. Luché contra la sensación mientras despertaba del sueño visiblemente agitada. Llevé mi mano a mi cuello, dolía y la piel estaba caliente. Necesité de unos minutos para darme cuenta que no estaba en el comedor de primera clase del Titanic, que mi cabello no era pelirrojo y que mi nombre no era Elizabeth. Me levanté de la cama con mareos, Sofía aún no llegaba e Ian ya se había marchado, salí a trompicones de la habitación. Caminé hacia los baños femeninos apoyándome varias veces en la pared para no caer, al llegar al lavabo me lavé la cara con agua fría y observé mi reflejo en el espejo. Estaba pálida y tenía manchas rojas en el cuello pero no había rastro de alguna marca.

Podía sentir como algo corría por mis venas, mezclado con mi sangre. La cabeza me latía y el corazón se aceleraba. No es cierto, Ian no me mordió, ¡No! Él no podría hacer eso ¿verdad?

‘Comienza a despertar’ La voz de Eliot estaba en mi cabeza ‘Comienza a despertar’ Cerré los ojos y sentí cómo caía, traté de enfocar la vista después del impacto y no reconocí nada. Era como si el baño de mujeres hubiera desaparecido… no, yo había desaparecido. Estaba en frente de la chimenea encendida que había visto hasta hace unos momentos, en mi sueño. La brisa del mar llegaba a la habitación por una pequeña ventana circular.

¡¿Qué estaba pasando?! Las manos me temblaron al taparme la cara, sentí una mano en mi hombro y solté un pequeño grito del susto.

-Tranquila – Susurró la voz de Eliot.

Pude ver que seguía en los baños femeninos y él estaba arrodillado frente a mí.

-¿Qué fue eso? – Pregunté con voz ahogada.

-Me dijiste que querías viajar en el tiempo – Lo dijo en voz baja pero con mucha tranquilidad, me ayudó a levantarme y me apoyé en él para no caer de nuevo – Y yo creo que es una buena manera de que despiertes.

-¿De qué hablas? ¿Cómo pasó? ¿Qué es eso de despertar? ¿Por qué no me avisaste antes?
– Hablaba con mucha rapidez, seguía asustada y temblando, pero la sensación de algo filoso, como un aguijón, atravesando mi cuello logró que me desvaneciera.

¿Qué me estaba haciendo él?
__________________________
Estamos de regreso ¿Les gustó el capítulo?
Muchos besos! Buen día
Sofía&Kashmir

7 comentarios:

  1. me encantOOOOOOOOOOOO
    Pero por que 100pre nos dejan con la duda
    como donde esta Ian o que hacia Eliot y muchas cosas mas porfavor no nos dejen as¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ö Se siente tan bien que te haya encantado, lamentamos dejarlas tan seguido con la duda tenemos entrenamiento profesional en eso, jaja es inevitable.

      Gracias por tu comentario :DD

      Eliminar
  2. GRACIAS por subir de nuevo!!! De verdad, estoy hasta arriba de exámenes y cuando tengo un ratito me gusta escaparme a leer algo de los blogs. Echaba de menos vuestra historia. Me ha encantado este capítulo y, como siempre, me dejáis en ascuas. Sabéis como enganchar a la gente, eh?? jajaja
    Un beso chicas!! Espero que subáis prontito =D

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Suerte en tus examenes!
      Digamos que tenemos esa vena torturadora para dejar en duda a los lectores, jaja.

      Muchas gracias por comentar, de verdad.

      Eliminar
  3. O.O" ¡¡Y MI COMENTARIO!!
    Os comenté la primera :'(
    A dios pongo por testigo que leí y comenté el mismo día que lo publicásteis u.u

    A ver, en resumidas cuentas:
    ¡Qué está haciendo Eliot! O.o
    Segundo, me carcajeé un buen rato con lo de los objetos volando por la habitación xD
    Y tercero: Sofia y Sebastian. (SOLO OS LOS NOMBRO PORQUE VAMOS.. xD)

    Publicad pronto chicas:)
    Un besazoo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A blogger a veces le gusta divertirse con nosotras y hacernos ese tipo de cosas u.u''

      Las apariencias engañan no hay que fiarse de ninguno de los personajes, ni siquiera de las protagonistas.

      Gracias por el comentario!

      Eliminar
  4. Me parece que sofia no esta muy bien que digamos...No...
    Solo espero que Sebastian no sea un estupido y no la lastime...
    Sobre Ian...Pues yo amo a Ian, no se por que no sienten nada ambos....Ash...
    Besos,Nadia.

    ResponderEliminar