jueves, 8 de diciembre de 2011

Sueños Rojos, Capítulo Dos: No confíes.


Narra Sofía:

Me escabullí entre los pilares del pasillo para observar a dónde es que se dirigía esa chica.  La seguí lentamente, no quería que notara mi presencia porque no sabría cómo explicarle que el gato que llevaba en sus manos era mi amiga.

Me tensé. Sentí una mirada a mis espaldas.

Mi primer pensamiento fue que era algún profesor y me había descubierto vagando por los pasillos cuando debería estar con el resto de los de primer curso pero ese aroma era uno con el que ya me estaba familiarizando. Me giré y lo vi en medio de los pasillos con una mirada irritada.

-¿Qué haces aquí?- Preguntó seriamente y, de alguna manera, me preocupé tanto como si fuera un maestro quien me lo preguntaba – Vuelve con el grupo, ahora- Me ordenó.

- No – Hablé sin pensar y al momento me arrepentí por la mirada que me dio, pero no podía hacer otra cosa tenía que buscar a Kashmir y si me seguía retardando le perdería el rastro a la chica – quiero decir, que-e no puedo r-regresar- tartamudeé y me molesté por eso, no me gustaba mostrar indicios de debilidad.

-He dicho –Sebastián habló detenidamente como si no tuviéramos la misma capacidad mental- que vuelvas AHORA. Sígueme si es que no recuerdas el camino, pero hazlo antes de que vaya con el subdirector a ponerte una amonestación.

Eso me causó un tanto de gracia, fue un comentario normal. Demasiado normal para que ninguno de los dos fuéramos humanos.

-No- repetí y sus ojos cambiaron de un azul celeste a un rojo sangre… pero, sus ojos ¿qué no eran marrones en un principio?

Mi corazón empezó a latir indicándome que huyera pero no podía, de verdad tenía que ir por mi amiga.

-Debo recuperar algo que perdí- expliqué un poco más nerviosa, él lo noto y sonrió burlón. Esa sonrisa y su mirada penetrante resultaban una espeluznante y atrayente combinación.

-¿Ah, sí? –Comentó sarcástico - ¿Y qué es ese “algo"?

-No lo entenderías, lo siento. – No tenía permiso para revelar lo que Kashmir era aunque algún día inevitablemente todos se enterarían – De verdad tengo que irme.

Me di la vuelta y solté un gruñido, el aroma de la bruja estaba desapareciendo. Estábamos lejos de que fuera luna llena por lo que mis habilidades dejaban mucho que desear, así no podría seguir el rastro por completo.
Volteé mi cabeza para ver la reacción del vampiro pero ya no estaba, suspiré relajada y cuando menos me lo esperaba ya estaba enfrente de mí.

-¿Sabes? Hay un rumor de que la sangre de licántropo hace más fuerte a un vampiro así como su mordedura puede matarnos.

-No entiendo –pestañeé sorprendida - ¿cómo sabes lo que soy?

-Te reconocería hasta el otro lado de la academia, pero tú a mí no ¿cierto? –Su cercanía no podía ser un indicio de algo bueno – en clases de especialidad nos han explicado que un licántropo pierde fuerza después de luna llena y la va recuperando con el paso de los días… ahora eres muy débil.

Puso su mano en mi cuello y evité su mirada recordando su forma de cazar.

-Puedo sentir como tu sangre corre por las venas, como grita que la tome.

-Tus manos no son heladas…- Susurré, había muchas cosas que desconocía de otras criaturas pues había tenido una vida normal y sin nada de qué preocuparme. La única razón de venir a esta academia era porque mis padres no querían que fuera tan indefensa ya que ellos son humanos.

-Eso es porque hay sangre que también corre por mis venas, mi corazón también late pero no igual que el tuyo. Desconoces tanto sobre lo que soy… eso me pone en ventaja.

-Deja de intimidarme, no lo vas a lograr – mentí, la verdad comenzaba a asustarme mucho. Puso un brazo alrededor de mi cintura y me apretó demasiado fuerte provocándome mucho dolor.

Sentí como se acercaba a mi rostro y lo aventé con todas mis fuerzas.

-No soy tan débil como crees- chillé después de verlo estamparse contra el muro, me miró con odio y salí corriendo. Quizá Kashmir tenía razón sobre ellos.

No me quería detener a pensar en lo que había pasado, no quería preocuparme en que fuera a delatarme con algún superior por usar mis habilidades enfrente de un pasillo donde tienen acceso los humanos… pero si lo hacía yo diría que había tratado de hacerme daño y actúe en defensa propia. Sí, diría eso.

Unas escaleras de caracol aparecieron después de cruzar hacia la izquierda. Creía haberlas visto en el paseo del castillo, tendría que probar a dónde me llevaban quizá encontraría a Kashmir en los dormitorios. Vagué e ignoré las miradas curiosas de algunos alumnos.
Llegué a la zona de los dormitorios femeninos y me topé con demasiadas puertas para mi gusto. Afuera de cada puerta se encontraban las pertenencias de las alumnas.

Pude detectar de manera leve el aroma de mi amiga y suspiré aliviada, seguí el aroma y llegué al dormitorio 13 – A, ahí estaba mi maleta y la de Kashmir. Ambas tenían una nota de color rojo borgoña, tomé la que decía mi nombre y abrí con fuerza la puerta.

La habitación tenía tres camas, dos del lado izquierdo y la tercera del lado derecho, había un ventanal al centro y paredes desnudas de color blanco. Cada cama tenía su respectiva mesa de noche y al lado de la tercera cama había un pequeño pasillo que llevaba a los armarios.
En la cama del lado izquierdo más cercana a la puerta se encontraba sentada una chica de cabellos castaños claros con destellos dorados, piel blanca y ojos marrones que acariciaba a un pequeño gato negro.

-Seremos compañeras – sonrió amable – he elegido esta cama, espero no te moleste a ti y a la otra chica que aún no ha llegado.
Hablaba con mucha seguridad.

-Am, sí. Está bien –hablé atónita mirando los ojos del gato- me llamó Sofía- me presenté.

-Soy Areli. Lamentablemente mis padres se retrasaron y tuve que subir directamente a los dormitorios, y tú ¿qué haces aquí?

-Ya terminé de inscribirme a un taller, creí que ya podía subir- Me excusé.

Ella negó con la cabeza y una sonrisa juguetona.

-No, no puedes. Tienes que esperar a los demás por ser tu primer día pero no diré nada.

-Gracias- susurré.

-¿Y tú qué eres?- Preguntó de la nada y mirándome de abajo para arriba.

-¿Perdón? – Pregunté confundida, yo sabía lo que era ella por Kashmir pero se 
supone que ella no tendría por qué sospechar que yo era ‘algo’, bien podría ser humana y pondría en peligro el secreto de la academia o su cordura.

-Te pregunté que qué eras tontita, estamos en confianza. De todas formas estaremos en el mismo dormitorio los tres cursos.  Por mi parte soy una bruja de magia blanca- Confesó sin ningún problema- por ahora no hago demasiados hechizos pero sé que mejoraré. Además, he traído mi caldero para practicar pociones.

-Bueno, yo soy un licántropo- acepté con orgullo, amaba lo que era.

-Una chica ruda, me agrada. 

-No sé cómo decirte esto pero tienes a nuestra otra compañera de dormitorio y mi amiga en tus manos- Le solté. De todas formas, como había dicho ella, estaríamos juntas los tres cursos.

-¿Qué?

Kashmir se transformó en humana de nuevo y aplastó a Areli.

-¡Lo siento!- Se disculpó y maniobró para quitarse de encima logrando únicamente caerse de la cama. Por suerte los gatos caen de pie así que ella aterrizó bien.

-Así está mejor- susurró Areli y se levantó. Cuando estuvo de pie pude apreciarla mejor, era alta tanto como Kashmir y muy delgada. Parecía tener cuerpo de modelo y la manera en que caminó hacia mí solo hizo parecerlo más.

-¿Eres un gato?- Le preguntó a mi amiga con escepticismo. Ella pareció un poco incómoda y asintió.

-Es muy útil aunque no lo parezca- Llevó un mechón de cabello detrás de la oreja.

-Ya lo veo, me has engañado por completo- Suspiró- no me gustan mucho los gatos pero he pensado que tener uno negro sería lo que una bruja necesita.

-Creo que venimos con muchos estereotipos todos los de mi primer año- comenté- bueno, todos menos Kashmir que se ha pasado toda su vida investigando sobre criaturas mágicas- solté una risita y ella entrecerró los ojos.

-Necesito saber qué es con lo que me topo – se defendió de una manera muy diplomática cruzándose de brazos.

-Bueno, no vendrás con estereotipos pero sí que con prejuicios.

-¿De qué hablan?- Preguntó Areli.

-No me gustan los vampiros, por cierto, no me he presentado. Soy Kashmir- Sonrió amablemente.

-Mucho gusto. Pero hay algo que no entiendo sobre ti, ¿cómo es que eres un gato negro si no tienes nada negro?

Hasta que lo mencionó Areli me di cuenta de que era cierto.
Kashmir tenía el cabello marrón y los ojos tan cafés que a veces era un poco difícil diferenciar si eran negros o no, su piel era blanca. No había nada de negro y era alta y delgada por lo que tampoco había mucha lógica en que fuera un gato pequeño.

-Es la pregunta de mi existencia- Suspiró dramáticamente y miró mis manos - ¿qué es eso?

De pronto recordé que cargaba con la nota que había estado sobre mi maleta.

La leí en voz alta:

Querida alumna, Sofía Arana de primer curso habitación 13- A:

Se le informa que para todos aquellos de una especie diferente a la humana o humanos con dones extraordinarios deben reunirse en el salón C de la planta baja, ubicado a un lado del aula de literatura con un horario de 9:15 pm. Esperamos que no ignore esta nota.

Mis cordiales saludos: Gohan Moss, director.”


-¿Para qué nos querrán?- Pregunté.

-¿No es obvio? – Habló Areli – a ustedes ya les dieron una ‘bienvenida’ ¿no? Pero junto con los alumnos humanos, no nos han explicado las reglas para los que somos diferentes.

-Por eso el horario –concordó Kashmir – los humanos tienen que estar a las nueve en sus dormitorios.

-Exacto.

Hubo unos minutos de silencio incómodo, o por lo menos para mí. Kashmir se quedó pensativa y después entrecerró los ojos con enfado.

-Areli, de verdad querías llamarme… ¿Puky? ¿Te parece nombre de gato?
Reí.

-Vamos, copo – la animé – suena lindo.

-Copito –corrigió – y no es lindo, me recuerda  a porky.

Reí nuevamente con eso.

-¿Copito?- Preguntó Areli.

-Es un sobrenombre que pocas personas tienen permitido utilizar – dejó en claro Kashmir, haciendo obvio que Areli no podía decirlo… por ahora. Estaba segura que las tres terminaríamos siendo buenas amigas.
                        .             .               .     
A las nueve y veinte corrimos en búsqueda del salón C. Cuando lo encontramos y abrimos la puerta vimos un salón gigante con ventanales cubiertos por cortinas rojas y un candelabro que colgaba en el techo blanco.

Las paredes de color perla, los sofás (Cafés, negros y rojos) y una chimenea lo suficientemente grande para calentar a todos eran lo más destacado junto los cuadros de arte.

A pesar del mensaje del director la sala se encontraba solitaria. Solo unos diez alumnos más, que obviamente eran de primero, eran los únicos que nos acompañaban.

-Creo que es temprano- Opinó Areli.

-La nota decía a las nueve y quince minutos- Habló Kashmir quien tenía un cierto trauma con la puntualidad. Caminó hacía uno de los ventanales y abrió la cortina, o por lo menos trató de hacerlo.

-¡Deja ahí!- Gritó una voz femenina, una chica rubia miraba con odio a mi amiga. 

Parecía ser de otro curso. 

“Maldita”, pensé.

-Lo siento- susurró apenada Kashmir.

-No puedes abrir la cortina, estas reuniones son secretas para los humanos y no falta quien rompa las reglas y esté observando afuera- Rodó los ojos y volteó desagradablemente la cara, se fue a sentar a uno de los sofás. Parecía esperar a alguien.

¿Cuál era su problema?

La puerta volvió a abrirse y miré que el chico guapo del auditorio estaba entrando. Sentí que me sonrojaba un poco. Kashmir miraba furiosa a la chica rubia y supe que automáticamente estaba en su lista ‘negra’, cuando se fijó en mí sonrió grande y arqueó una ceja. Caminó rápidamente hacia el chico mientras yo la miraba atónita ¿qué era lo que estaba haciendo?

Cuando llegó con él intercambiaron unas palabras que no quise escuchar y volteé con Areli.

-¿Qué está haciendo ahora?- Pregunté.

-Siguen hablando… ¡oh! Vienen para acá.

-Dios, no es cierto.

-Quiero que conozcan a alguien- me giré y vi a Kashmir con una sonrisa de oreja a oreja- él es Ethan y será nuestro compañero.

Él era un poco más alto que Kash, musculoso pero no demasiado sino de una forma sexy, ojos verdes y cabello castaño levemente largo y con ondas.


-Yo soy Areli.

-Y ella es Sofía- intervino Kashmir al ver que no contestaba.

-Mucho gusto- su voz era cálida y agradable.

Pero… eso fue todo. El director Gohan Moss había entrado repentinamente y en ese momento me di cuenta que la sala estaba más llena.
Fue a una pequeña mesa que se encontraba cerca de nosotras y de un pequeño estante sacó una tetera.

-Ivonne- llamó a la chica rubia y noté como Kashmir entrecerraba de nuevo los ojos- ¿me harías el favor?

Ella asintió con una sonrisa y caminó hacia él, pasó una mano por la tetera y automáticamente empezó a salir humo de ésta.

-Gracias, regresa a tu lugar- respondió amablemente el director. Miré a mi amiga confundida y ella respondió sin verme.

-Bruja de magia negra, era de esperarse.

-Les doy la bienvenida alumnos –habló el director mientras servía en una taza un poco de té- a quien acaban de ver es Ivonne, alumna de segundo curso y a quien pueden recurrir si tienen alguna duda. Los reuní aquí para explicarles cómo será su estancia. Primero que nada, esta sala es de uso exclusivo para los tres cursos de alumnos ‘diferentes’ podrán llegar aquí a partir de las nueve y saldrán a las once de la noche cuidando que nadie los sorprenda, para eso, deben evitar abrir las cortinas.

La tal Ivonne miró a Kash burlonamente pero mi amiga no le prestaba atención.

-Por otro lado, no pueden haber transformaciones o hechizos así como mordeduras fuera de aquí. Los sábados es día libre para los humanos así que ustedes pueden mostrarse como son mientras ellos no estén y los domingos ustedes tienen permiso de salir al pueblo. Los sábados tendrán ‘curso de especialización’ en donde los orientaran respecto a las criaturas mágicas y por último –nos miró sombríamente, parecía ser algo serio – no se pueden hacer llamadas telefónicas sin permiso- Sonrió como un niño pequeño.

El director dejó su taza de té e hizo un movimiento con las manos para alentarnos a algo… pero ¿a qué?

-Esta sala es para ustedes, pueden transformarse o hacer hechizos o lo que sea que ustedes hagan- Nos guiñó un ojo y abandonó el salón.

-Por cierto – le pregunté a Kashmir en un susurro - ¿qué criatura es el director?

Ella se encogió de hombros y sonrió.

-Humano.

Todos estaban confundidos y yo me moría de nervios, jamás me había transformado frente a alguien que no fuera mi familia o mi amiga.

Una chica desapareció en un destelló de luz blanca. Miramos hacia todos lados y descubrimos que ahora medía unos quince centímetros y volaba con unas alas que resultaban difíciles de ver al moverse tan rápido.

Con eso todos agarraron confianza y comenzaron a hablar de posiciones hechizos, y otros siguieron el ejemplo de la chica y se transformaban en lo que eran.

Narra Kashmir

Parecía que todos tenían dones increíbles y yo me cohibí, me alejé del grupo y me senté en un sofá rojo cerca del ventanal. Me abracé las piernas y observé:
Chicos de otros cursos entraron curiosos por ver el ‘nuevo material’ que llegaba a la academia. Sentí cuando Ian entró y vi como se sentaba junto la chica rubia.

También vi a Sofía que titubiaba indecisa, le sonreí para infundirle confianza y asintió. Sus ojos se volvieron platinados y los labios cambiaron a un color oscuro; se agazapó y el pelaje brotó rápidamente de su piel. En segundos teníamos a un lobo de color negro azabache en el salón. Muchos estaban sorprendidos, avancé hacia ella y recogí los restos de su ropa. Areli seguía sorprendida pero, no sé de dónde, sacó otras prendas y le guiñó un ojo a Sofía.

Las brujas siempre me han resultado fascinantes.

Regresé a mi asiento y noté que tenía nueva compañía: Ethan.

-¿No piensas transformarte?- Pregunté curiosa, quería saber lo que era y por qué no lo había descubierto en el auditorio.

Levantó la vista del libro que estaba leyendo y sonrió

-No tengo interés ¿y tú?

-Tampoco- contesté un poco dudosa pues la razón de que me quedara como humana era que me daba algo de miedo que se burlaran de mí por no ser tan sorprendente como los demás.- ¿Necesitas transformarte?- Volví a preguntar rogando para que no se molestara- o… eres como un hechicero o algo así.

Cerró su libro sabiendo que seguiría cuestionándolo y me avergoncé, no quería ser una molestia.

-Es más complicado que eso, pero puedes estar segura que no necesito ningún tipo de transformación- me observó un poco y volvió a sonreír pero de una forma distinta- a mí me gustan los gatos.

Me quedé paralizada ¿cómo lo sabía?
Sacudí mi cabeza tratando de alejar la confusión, me sentí agradecida al pensar que lo había dicho para hacerme sentir mejor. Él tenía algo que me daba confianza.

-Gracias- contesté en un susurro y sentí que tenía un amigo nuevo, a Sofía le gustaría que nos acercáramos más a él y así, ojala pueda olvidarse del vampirito y salir con Ethan.

Nos enzárzanos en una plática sobre la escuela. No hablamos casi de nosotros, yo tenía cosas que ocultar y él también. Entendido esto último no hubo problemas.
Miré hacia Sofía y noté que nos miraba, no aguantaba por contarle sobre él y comenzar a trabajar de Cupido para que Ethan saliera con mi amiga.

Narra Sofía:
Los miré, ¿de qué estarían hablando? Me escabullí y corrí por el instituto olvidándome de la ropa que me ofrecía Areli.

En el momento que salí las luces de los pasillos estaban apagadas, eso era bueno así me podría camuflajear. Sentí de nuevo a Sebastián detrás de mí.

-¿Podemos hablar?- Preguntó su voz un poco más tranquila.

-No- Contesté a través del pensamiento.

-Sé que mi comportamiento estuvo fuera de lugar y me disculpo por ello- Sus ojos de 
nuevo eran azules… ¿cómo hacía eso? Su cabello negro carbón me hacía querer pasar una mano… o garra, entre el.

-De acuerdo, acepto tus disculpas.


-Lamentablemente necesito de tu sangre.

Eso hizo que me estremeciera.

-Eso… no es un poco ¿trillado?- Comenté con una risa nerviosa para cambiar de tema- lo he visto en muchas novelas.

-Te ves bien como lobo- apartó la mirada.

-Gracias, pero prefiero el termino licántropo si no te molesta.

-Prometo darte un paseo por las zonas ocultas de la academia, ¿te parece? Así espero que quede arreglado el asunto de hoy.

-Está bien- acepté después de un momento de pensarlo- pero hoy no, me siento cansada.

-De acuerdo. Pero pronto, buenas noches- Se despidió con una sonrisa y cuando pasó a mi lado creí que era una sonrisa maliciosa.

No sabía si confiar en Sebastián y menos por lo que me había dicho… pero sentía que tenía que arriesgarme.

Regresé a la habitación donde pude transformarme con tranquilidad, pero cuando lo hice noté un moretón enorme y bastante desagradable de colores azul, morado y verde en la zona de la cadera. Lo toqué y di un leve gritó de dolor... ¿y esto? ¿Me lo había echo Sebastián?


Narra Kashmir:

Después de la desaparición de Sofía y de que Areli se fuera también al poco tiempo, no me quedo de otra más que regresar junto con Ethan.

-¿Dónde quedaban los dormitorios?- Pregunté confundida, aún no me acostumbraba a un lugar tan grande.

-Los femeninos subiendo la escalera de caracol a la izquierda y los masculinos están después del jardín B.

-¿Los jardines también están clasificados? Tardaré unos días en memorizar todo.

El rió levemente.

-Creo que aquí nos separamos, yo voy hacia el otro lado.

-De acuerdo- asentí y de nuevo me sentí mal.

-¿Estás bien?

-Me falta un poco el aire, sólo eso- Era él, de nuevo él. Ian estaba cruzando el vestíbulo, me miró y después continúo con su camino. Ethan lo miró confundido y después a mí.

No quería admitirlo pero le tenía miedo a Ian. De verdad le tenía miedo pero, ¿por qué? no me pasaba con los demás vampiros, los detestaba, sí, pero no les tenía miedo... entonces ¿por qué a él sí?
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Gracias por darle una oportunidad a esta historia. 
Como ven, los capítulos son largos así que probablemente sean uno por semana.
No habrá un día exacto de publicación.
Que tengan lindo día.
Sofía&Kashmir.

3 comentarios:

  1. Hola :)
    Bueno bueno, ¡vaya capítulo! Me gusta Areli y odié a Sebastián, es un bruto (ñi que daño lo de la cadera >.<)

    También me gusta Ethan pero para Kashmir e.e ;)

    Besitoos!

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  2. Me encanta tu nueva historia no se por que pero me gusta Sebastian pero mas Ethan

    Patricia estoy igual que tu me gusta Ethan pero para Kashmir

    Espero el sig cap

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  3. jajaja XD no podrias haber acertado más con la presentación de Arely "Parecía tener cuerpo de modelo y la manera en que caminó hacia mí solo hizo parecerlo más." eso me hizó reir un buen rato... gracias Sofí por pasarme el link, estaba a punto de llorar. Muy buena historia ya quiero leer más, y tiene razón me agrada más ethan para KAshmir :)
    Laura.

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